El pasado viernes 9 de diciembre, jefes de Estado y Gobierno de la UE concluyeron la cumbre por la búsqueda de un nuevo tratado para consolidar la disciplina presupuestaria de la zona euro.
Reino Unido ha quedado aislada, negando su participación en el tratado. Ya se conocía con anterioridad que Reino Unido quedaría fuera del acuerdo. Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, citaba que "este pacto está abierto a los países de fuera del euro. Excepto uno, todos están considerando participar".
Sin el apoyo de Reino Unido, aparecen obstáculos a la hora de solventar los problemas.
A su vez, se han tratado una serie de medidas a corto plazo para luchar contra la deuda existente en la zona euro, siendo éstas acogidas de forma favorable por los mercados financieros. El Consejo Europeo ha decidido mejorar la supervisión fiscal, garantizar procesos de consolidación fiscal y buscar un equilibro presupuestario, para de cara al futuro evitar la posible reaparición de problemas con la deuda.
Merkel, tras la cumbre, ha declarado que el acuerdo "es un paso importante hacia un euro estable". Algo así como "un nuevo comienzo".
En mi opinión, no es extraño que Reino Unido quede fuera de los tratados que involucren al €uro. Ya rechazaron el uso de la moneda en su día, no tenían motivos para dejar de lado su individualidad. Por otra parte, el acuerdo debería reflejar lo que la palabra "unión" significa. No sirve de nada tener una moneda común, con un valor común, si luego los precios y salarios en los países de la zona Euro son tan diferentes entre sí. En relación al libro, aparecería el tema de los sistemas económicos. El capitalismo, sistema utilizado de forma general en Europa, sufriría crisis cíclicas, como la que ocurre actualmente, causada principalmente por las deudas externas, es decir, gastar más de lo que en verdad se tiene.
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