No existe la figura delictiva del derroche de dinero
público, si existiera muchos alcaldes, ministros y dirigentes políticos de este
país tendrían que dar explicaciones de por qué, cómo, cuándo y cuánto dinero se
gastan sin talento y sin control.
Por Internet circulan multitud de listas de gastos en
aeropuertos fantasma, en obras innecesarias, en proyectos faraónicos, etc. que no
han llegado a ninguna parte y que han supuesto, para los fondos públicos, un
desembolso extraordinario. Podríamos citar muchos ejemplos, líneas de AVE que
reciben tan pocos pasajeros que su mantenimiento genera un gran déficit,
aeropuertos cómo el de Castellón, Lleida o Huesca, que han costado cientos de
millones de euros y no se les da uso o se han cerrado directamente. Palacio de
Congresos, Centro de Arte, Ciudad de la Cultura, exposición Universal, un poco
de todo, obras para todos los gustos, proyectos de ciudades sin presupuesto que
se han endeudado hasta las cejas para dejar las obras abandonadas o lo que es
peor, empeñados en acabarlas aunque no se les vaya a dar uso.
Pero esta noticia no trata de obras importantes hechas solo
para marcarse un farol el político de turno, en el título he puesto la palabra ‘’estrambóticos’’
por lo tanto, voy a hablar de gastos ridículos en todo menos en el precio.
Podría empezar hablando de la crispación general que causa oír
a los políticos decir que no pueden viajar en clase turista (¡cómo se van a
mezclar ellos con el pueblo!), comprobar que utilizan los coches oficiales,
recordemos que España cuenta con un parque móvil de más de 35000 vehículos,
para asuntos particulares, (como si llenar el depósito o pagarle al conductor oficial
las horas extras fuera barato), escuchar los discursos que les preparan esos
asesores contratados a dedo, que nos cuestan un buen pico, pero estas son cosas
que ya casi consideramos cotidianas. Y se preguntarán, ¿hay otras cosas innecesarias
en las que derrochar el dinero público? Pues sí, ese dinero público que no se
destina (o se recorta) a la Educación, Sanidad, Desempleo, o simplemente en dar
un poco de comida a esas familias que llevan a sus hijos sin desayunar al
colegio, nuestros políticos se lo gastan en:
1. La Casa Real gasta más de 62000 euros en
analizar redes sociales en busca de comentarios que tengan que ver con la
Corona y la Familia Real.
Es verdad que de los presupuestos generales del Estado, la Familia Real recibe una partida y se la puede gastar en lo que
quiera, pero ¿en buscar noticias sobre ellos?
2. Ciempozuelos gasta 22000 euros en una
bandera.
¿No tendrá el Alcalde, algún bache por
tapar, algún tejado que arreglar o algún banco de un parque por barnizar? Igual
hay algún vecino que no llega a fin de mes, pero ayudar al prójimo en estos
tiempos no es función de poderes públicos.
Con lo que habla mi hermana, si le pagaran
ese precio cada palabra, menudas vacaciones nos íbamos a pegar todos los años.
4. El Ministerio de Empleo y Seguridad Social
se ha gastado 1’2 millones de euros en tablets para sus funcionarios.
Lo que no nos dicen es para quienes
compraron estos aparatos. Al conductor, al ordenanza, al auxiliar… quiero
decir, ¿a los curritos también les tocó tablet?
Suponemos que para ponerlo en el despacho y
que si el señor Ministro llega despeinado un día, podamos comprobar que una vez
posó impecable.
6. La Sanidad vasca gasta 4’1 millones de
euros en mascarillas y guantes suficientes para 40 años.
¿Les habrán puesto fecha de caducidad o
solamente consumo preferente?
7. Macrodiscoteca en minipueblo.
Burguillos, pueblo sevillano de 6600
habitantes no encuentra otro sitio donde gastar 1’4 millones de euros sino en
una discoteca con capacidad para 8000 personas. ¡Menudo trajín de gente por
esas carreteras todos los fines de semana!
8. Biblioteca sin libros.
4 millones de euros gastados en una
biblioteca que el Ayuntamiento de Villa-Real (Castellón) inauguró antes de
recibir los libros, lo peor es que ni estaban en ese momento ni tenían fecha de
llegada. ¿Os imagináis 4 millones de euros en estanterías vacías?
9. Un puente a ninguna parte.
Esta fantástica estructura se puede ver en
Talavera de la Reina, mide 192 metros, costó 70 millones de euros, proyectado
para desviar el tráfico del centro urbano, apenas pasa un coche, eso sí, tiene
ascensor.
10. Un circo de inversión.
El Alcalde de Alcorcón proyectó en 2007 la construcción
de un circo, una escuela de circo y unas cuadras. Costó 120 millones de euros,
acumula una deuda de 600 millones y sospecho que pocos elefantes y pocos
payasos se han visto por ahí.
RELACIÓN CON LA ECONOMÍA
Se supone que todas las operaciones con
dinero público se ajustan a los principios de transparencia, publicidad,
igualdad, etc. que todo gasto va a cumplir las condiciones de competencia perfecta y beneficio y al contrario de esto,
todos los ejemplos que he puesto resultan ser gastos inútiles que muy al
contrario de producir un beneficio, han supuesto pérdidas desequilibrando por
tanto el presupuesto y las arcas públicas.
Cuando el Estado interviene en el mercado
fijando precios, limitando condiciones, seleccionando adjudicatarios, se supone
que se ajusta a los principios mencionados en todos o casi todos los ejemplos
puestos, se podría afirmar que no se ha tenido en cuenta nada de esto.
La competencia perfecta no existe cuando se
adjudica el proyecto a un conocido o a alguien a quien deben un favor, sin
tener en cuenta si es rentable o no, y sin tener en cuenta de dónde saldrá el
dinero para pagarlo. Todos los casos que he puesto de ejemplo, podríamos calificarlos
como caprichos, no se ha tenido en cuenta la demanda de la población. Los
habitantes de Burguillos, ¿pedían una discoteca? Igual hubieran preferido un
buen supermercado, pero claro, eso desde el punto de vista del Ayuntamiento, no
debía ser rentable.
OPINIÓN PERSONAL
Se supone que estamos en unos años de
crisis y se supone también que los dirigentes de este país deberían estudiar,
calcular, cuidar al máximo dónde se gastan el dinero público. En mi casa, que
poco sabemos de economía pero que tenemos claro que hay que llegar a final de
mes, se gasta en comida, ropa, luz, gas, etc. lo que se llaman gastos fijos y
fundamentales y después una vez cubiertas esas necesidades, nos damos algún
caprichito, no todos los meses claro.
Nuestros políticos no tienen claro por lo que
se deduce de toda esta información en qué consiste una economía saneada, es
decir, no gastar más de lo que tienes y debes. Se dedican a invertir sin ton ni
son, a endeudar ciudades y pueblos que castigarán a sus habitantes con subidas de impuestos,
tasas o precios públicos extras (y a veces desorbitados) para poder compensar
ese caprichito del político de turno que no ha tenido en cuenta que no se podía
permitir y que en la mayoría de los casos el pueblo o la ciudad, no necesitaba
ni pedía.
BIBLIOGRAFÍA
No hay comentarios:
Publicar un comentario