domingo, 17 de octubre de 2010

La Iglesia española anima a los niños a vestirse de santos en Halloween.

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Hay que reconocer que la Iglesia saber "rentabilizar" sus recursos; sabe hacer "más" con "menos". Todo el mundo conoce la buena administración de las órdenes religiosas sobre aquellas instituciones que tienen a su cargo. Se exprime hasta el último céntimo, se aprovechan al máximo los recursos, sobre todo los recursos humanos
La iglesia como buena empresa utiliza los medios ``paganos´´ para su publicidad y asi conseguir indirectamente otros beneficios.
De esa forma consigue publicitarse en días de consumismo para todo el mundo y asi beneficiarse económicamente.

Ha pasado de un plano discreto para recaudar fondos a usar los medios como cualquier otra empresa para conseguir dinero. Unas galletitas en Halloween vendidas por un pequeño San Jorge, puede ablandar a muchas personas.
La Iglesia precisa ingresos para sus diferentes organizaciones, su trabajo es importante en la economía mundial, la asistencia que presta a personas con necesidades, requiere de ingresos, estas nuevas publicitaciones no solo son unas nuevas fuentes de ingresos si no que ayuda a dar una imagen nueva a la iglesia que se ve atacada por diferentes frentes y necesita que la sociedad sepa que la Iglesia es una buena institución que además cuenta con muchos fieles

Estos fieles estarán el día de Halloween disfrazados de santos vendiendo galletitas angelicales y obteniendo medios para el funcionamiento de la Iglesia Católica.

1 comentario:

Abalorio dijo...

Jorge, es muy interesante la noticia que has elegido. Como bien dices, la "empresa" de Iglesia cristiana utiliza como medio de marketing las fiestas "paganas", sin saber que en algunos casos, como en el Antiguo Egipto, ese "paganismo" duró el doble de la existencia del cristianismo. Me parece vergonzoso que se quieran meter en la cabeza de niños a través de inocentes celebraciones infantiles; no creo que por disfrazarse de vampiros o fantasmas les dé por comenzar a adorar a los idoses celtas. Así, la Iglesia debería limitarse a sus funciones y desligarse completamente del Estado. Si se quiere mantener, que no exija al Gobierno, que la subencionen sus seguidores. Supuestamente estamos en un estado laico, por lo que no tenemos que escuchar frases como las que nos dedicó Benedicto XVI en su última visita a España.